Según Jámblico los
“sueños enviados por los dioses” se producen cuando el sueño cesa y comenzamos
justamente a despertarnos, o bien cuando estamos entre la vigilia y el sueño.
Este estado intermedio en el cual no estamos ni totalmente dormidos ni
totalmente despiertos se muestra como el estado apropiado para que pueda
manifestarse el símbolo visionario. Se trata del estado mental que aún conserva
el atisbo de consciencia necesario que
permitirá recibir el mensaje y guárdalo en la memoria para su posterior recuerdo
y desciframiento. Es este estado intermedio, en el cual no estamos totalmente
despiertos ni totalmente dormidos, el mismo en el que Henry Corbin situaba las
experiencias visionarias de los místicos sufís,
y Carl Gustav Jung atribuía al afloramiento de los mensajes del inconsciente.
La psiquiatría actual corrobora estas visiones y las clasifica como
alucinaciones hipnagógicas e hipnopómpicas.
El yoga, el Qi Gong, la
oración, la música, el arte o simplemente los paseos solitarios también pueden permitiralcanzar
este punto de abstracción necesario para la manifestación simbólica. La mística
chií atribuye esta clarividencia a una especie de trasmutación alquímica
interior en la que se despiertan los sentidos ocultos y sutiles que la hacen
posible; de la misma manera que, por ejemplo,
los chinos destacan las proezas y maravillas que pueden alcanzarse con
la práctica del Qi Gong.
Para interpretar porque
es fundamental el estado intermedio entre sueño y vigilia para la manifestación
simbólica podemos pensar en los conceptos de ocultamiento y manifestación. Para
que algo se manifieste otra cosa debe
ocultarse, puede servirnos de ejemplo la luz que aparece cuando la tiniebla se
desvanece, o el sonido que aparece
cuando el silencio desaparece. Como
vemos no pueden coexistir al mismo tiempo luz y oscuridad, ni silencio y
sonido. A partir de este planteamiento podemos deducir que para que la visión
aparezca debe ocultarse otra cosa que ocupa el lugar que la visión deberá
ocupar. Durante el estado de vigilia es el pensamiento quien ocupa nuestra
mente y en el estado de sueño el inconsciente, de ahí que en el punto
intermedio que podríamos denominar “vacío o nada” podría aparecer y ocupar ese
sitio el símbolo.