Colores alquímicos: simbolismo del rojo

Splendor Solis

La importancia simbólica del color rojo proviene del hecho que este color indica el final de la Gran Obra de los alquimistas. El primer y principal color es el negro que aparece, a lo más tardar el día 42, después la obscuridad va desapareciendo para dar lugar al color blanco, símbolo de la culminación de la purificación. Al blanco le sucede el citrino, que los alquimistas denominan "nuestro oro", y al final se muestra el color rojo y es la flor de oro su corona real.


El proceso alquímico comienza con las tinieblas, donde desaparecen las formas de la creación imperfecta condenada a la disolución. El negro alude al inicio de la putrefacción y de la completa disolución de la materia, es el color de Saturno, el planeta más alejado según la antigua cosmología. De la obscuridad de la putrefacción surge el blanco, la luz, y ello sucede cuando la materia está en un estado de de fijación muy avanzada para que pueda manifestarse el germen de la nueva creación.  A esta manifestación que surge de la luz se le otorga el color dorado o el rojo, si lo que se quiere simbolizar es el fruto de su madurez.

Además de la importancia  del color en el proceder alquímico, el simbolismo de los colores es fundamental para el conocimiento del mundo medio, el color complementario del rojo es el verde. Los alquimista, visionarios y místicos  hablan de este color identificándolo con la manifestación de la luz oculta. 





Rojo: Color de la Obra o Piedra Filosofal que aparece tras el Blanco, hay que cocer seguido hasta que aparezca. Entre el blanco y el rojo hay un cierto color ceniciento, ceniza («no desprecies la ceniza, que se licuará»), luego aparece el rey coronado con la diadema roja. Para Pemety, es el cuarto color principal, flor de su oro, corona real. Si aparece antes que el negro, es que se ha dado más calor.

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