Alquimia: vicios y pasiones


Para separar lo que es etéreo de lo que es denso, en la primera operación, la cual es enteramente interior, debemos emancipar el alma de todo vicio y prejuicio, y esto se logra con el uso de la sal filosófica, a saber, sabiduría; con el uso del mercurio, que es la el esfuerzo personal; finalmente, el uso del azufre, que representa la energía vital y el fervor de la voluntad. A través de este método se consigue la transformación de los elementos preciosos más pequeños, incluso el rechazo de la tierra, en oro espiritual.

"La ciencia de Hermes" Eliphas Levi. 

Las fuerzas de las pasiones humanas que hay en nosotros, si son aprisionadas por completo, se hacen más violentas; por el contrario, si se ejercitan breve y adecuadamente, tienen un gozo mesurado y quedan satisfechas, y, a partir de ese momento, purificadas, resultan calmadas por persuasión y sin violencia. Por esta razón, cuando en la comedia y en la tragedia contemplamos las pasiones ajenas, ponemos freno a nuestras propias pasiones, las hacemos más moderadas y las purificamos; en los ritos sagrados, por la contemplación y audición de obscenidades, nos liberamos del daño que podría sobrevenirnos si las pusiéramos en práctica.

Así pues, para curar nuestra alma, para moderar los males que le son connaturales por el hecho de la generación, para liberarla y librarla de las ataduras, por estas razones se llevan a cabo tales ritos. También por esta razón justamente Heráclito los llamó “remedios”, en la idea de que remedian las desgracias y hacen a las almas exentas de los males de la generación.

Jámblico

No hay comentarios:

Publicar un comentario