Lámina alegórica del Musaeum hermeticum (1678). Los "siete metales" alquímicos (oro, plata, hierro, mercurio, cobre, plomo y estaño), aparecen representados en el interior de la tierra, en la que se engendran, pero en el cielo están asociados al Sol, la Luna, Marte, Mercurio, Venus, Saturno y Júpiter, respectivamente. En las cuatro esquinas de la lámina hay alegorías de los cuatro elementos y las figuras centrales llevan en las manos un triángulo con el vértice hacia arriba (símbolo de los elementos que se mueven hacia arriba: fuego y aire), otro con el vértice hacia abajo (símbolo de los que lo hacen hacia abajo: tierra y agua) y la unión de ambos triángulos (símbolo del universo, en el que todos los elementos se combinan). Fuente |
Cada uno de los siete metales conocidos en la Antigüedad, estaba “dominado” o “manejado” por uno de los siete cuerpos celestes conocidos. Aunque tenían su propio símbolo, fueron representados por el símbolo del cuerpo correspondiente.
- Oro representado como el Sol ☉ ☼ ( )
- Plata representado como la Luna ☽ ( )
- Cobre representado como Venus ♀ (o también: )
- Hierro representado como Marte ♂ ( )
- Estaño representado como Júpiter ♃ ( )
- Mercurio representado como Mercurio ☿ ( )
- Plomo representado como Saturno ♄ ( )
Los planetas Urano, Neptuno y el planeta enano Plutón fueron descubiertos posteriormente y no forman parte de símbolos alquímicos tradicionales.
Fuente: Wikipedia
Los siete escalones que enumera Paracelso son paralelos a las siete esferas planetarias, gobernando cada una de ellas uno de los siete metales. A medida que el metal se "transmuta" o "purifica" en el crisol, pasa los siete estados, desde el mercurio hasta el oro, y el alquimista asciende des desde el primero al séptimo cielo, o sea desde el conocimiento hasta el poder. La alquimia lo hace más"perfecto" porque lleva su voluntad en armonía con el Universo. A propósito, no debe interpretarse "el poder" en ningún sentido político o mecánico. Más bien se define como un estado de perfección en donde el mundo está armoniosamente en paz con uno mismo. Este es "el milagro", o la "gran obra" de la piedra filosofal.
Henry M. Pachter
"...Apolo con su lira no se halla en la cima del monte, sino en su interior. Esta vez, acompañado por seis musas nimbadas como él. Representa al sol interior, oculto en la creación, es decir al oro filosófico, mientras que las seis musas personifican a los otros metales. El resto del grabado es una reflexión perfecta sobre las armonías pitagóricas. Los cuatro elementos, representados en los cuatro ángulos, dibujan una forma circular en cuyos límites se observan, en la parte superior, el macrocosmos con los planetas sobre fondo blanco, y en la inferior, el microcosmos con los siete metales sobre fondo oscuro. Los planetas del arquetipo diurno corresponden a los metales que aparecen en el nocturno...."
Grabado sin título ni comentario alguno que complementa la portada del ‘Musaeum hermeticum’ (Lucas Jennis, Frankfurt 1625).
No hay comentarios:
Publicar un comentario