Yo soy la que he sido
enviada desde el poder
y he venido hacia los que piensan en mí
y he sido encontrada en los que me buscan.
Miradme los que pensáis
en mí
y vosotros que oís, oídme.
Los que me estáis esperando,
acogedme junto a vosotros;
y no me apartéis de vuestra vista;
y que no me odie
ni vuestra voz ni vuestro oído;
y no me ignoréis en lugar
o en tiempo alguno.
¡Alerta! No me ignoréis.
Pues yo soy la primera y la última,
la honrada y la despreciada,
la prostituta y la Santa,
la esposa y la virgen,
la madre y la hija,
los miembros de mi madre,
la estéril y la que tiene muchos hijos.
Yo soy aquella cuya boda es grande
y no he tomado esposo,
la comadrona y la que no da a luz,
el consuelo de los dolores de parto.
Yo soy la novia y el novio;
y mi marido fue quien me engendró.
Yo soy la madre de mi padre
y la hermana de mi marido;
y él es mi vástago.
Yo soy la esclava del que me preparó
y la dominadora de mi vástago;
pero él es quien me engendró
antes del tiempo del nacimiento,
siendo él mi vástago en el tiempo;
y mi poder procede de él.
Yo soy el cayado de su poder en su juventud
y él es la báculo de mi vejez;
y lo que quiere él es lo que me sucede.
Yo soy el silencio incomprensible,
la idea cuyo recuerdo es frecuente,
la voz de múltiples sonidos
y la palabra de múltiple apariencia.
Yo soy la pronunciación de mi nombre.
¿Por qué me amáis los que
me odiáis
y me odiáis los que me amáis?
Los que me negáis, confesadme;
y los que me confesáis, negadme.
Los que decís la verdad sobre mí,
mentid sobre mí;
y los que habéis mentido sobre mí,
decid la verdad sobre mí.
Los que me conocéis, ignoradme;
y los que no me habéis conocido, conocedme.
Pues yo soy el conocimiento y la ignorancia.
Yo soy la vergüenza y la osadía;
soy una desvergonzada y estoy avergonzada,
soy poderosa y estoy atemorizada,
soy la guerra y la paz.
Prestadme atención:
yo soy la que ha caído en desgracia
y la más grande.
Prestad atención a mi pobreza y a mi riqueza.
No seáis arrogantes
conmigo
cuando sea arrojada sobre la tierra:
me encontraréis en los que vendrán.
Y no me consideréis en el montón de estiércol,
y no vayáis y me dejéis abandonada:
y me encontraréis en los reinos.
Mas no me miréis cuando
esté exiliada entre aquellos
que han caído en desgracia
y en el más remoto lugar,
y no me abandonéis entre aquellos
que han de ser asesinados.
Pero yo, yo soy compasiva y cruel.
¡Alerta! No odiéis mi
obediencia;
y no améis mi autocontrol
No me abandonéis en mi debilidad;
y no tengáis miedo de mi poder.
¿Por qué, pues, desdeñáis mi miedo
y maldecís mi orgullo?
Pero yo soy la que existe en todos los miedos;
soy la fuerza de un temblor;
soy débil y me encuentro a gusto
en lugar placentero;
soy insensata y prudente.
¿Por qué me habéis odiado en vuestros concilios?;
Porque yo callaré entre aquellos que callan?,
y yo apareceré y hablaré.
¿Por qué, entonces, me
habéis odiado vosotros, griegos?;
porque soy una bárbara entre los bárbaros.
Yo soy la sabiduría de los griegos
y el conocimiento de los bárbaros.
Yo soy el juicio de los griegos y de los bárbaros.
Yo soy aquella cuya imagen es importante en Egipto,
y la que no tiene imagen entre los bárbaros.
Yo soy la que ha sido odiada
y amada en todas partes.
Soy aquella a la que llaman Vida
y llamasteis Muerte,
a la que llaman Ley
y llamasteis falta de Ley,
a la que habéis perseguido
y aquella que habéis capturado;
soy aquella a la que habéis temido
y a mi os habéis unido.
Yo soy aquella ante la que os habéis avergonzado
y no habéis tenido vergüenza de mí.
Yo soy la que no celebra,
pero cuyas celebraciones son importantes.
Yo, yo no tengo Dios,
pero soy aquella cuyo Dios es relevante.
Yo soy aquella en la que pensasteis
y me despreciasteis.
Soy ignorante, pero aprenden de mí.
Soy aquella a la que despreciasteis,
pero pensáis en mí;
a la que escondisteis,
pero aparecéis para mí.
Pero cuando os ocultéis,
yo misma apareceré;
pues cuando aparezcáis,
yo me ocultaré de vosotros...
Y llevadme hacia vosotros
desde la comprensión y el dolor.
Y llevadme hacia vosotros
desde lugares sórdidos y ruinosos.
Y robad a los buenos
incluso en la adversidad.
Desde la vergüenza,
llevadme hacia vosotros desvergonzadamente;
y desde la desvergüenza y la vergüenza,
reprended a mis miembros en vosotros.
Y venid hacia mí los que me conocéis
y los que conocéis mis miembros.
Y colocad a los grandes
entre las primeras criaturas pequeñas.
Venid hacia la niñez
y no la odiéis por ser insignificante y pequeña.
Y no rechacéis grandeza
en parte alguna desde la pequeñez,
pues la pequeñez es conocida a partir de la grandeza.
¿Por qué me maldecís y me honráis?
Vosotros habéis hecho daño
y habéis tenido compasión.
No me separéis de entre
los primeros que conocisteis;
ni expulséis ni rechacéis a nadie...
Yo conozco a los primeros
y los que están tras éstos me conocen.
Pero yo soy el intelecto y el reposo.
Yo soy el conocimiento de mi pregunta,
y el encuentro de los que me buscan
y el precepto de los que piden por mí.
Yo soy el poder de los poderes
en mi conocimiento de los ángeles,
que fueron enviados por mi palabra,
de dioses que están
en sus tiempos en mi consejo,
de espíritus de cada hombre
que existen conmigo
y de mujeres que viven dentro de mí.
Yo soy la honrada, la
bendita
y la despreciada con desdén.
Yo soy la paz y por mí vino la guerra;
y soy extranjera y ciudadana.
Yo soy la esencia y la que no tiene esencia.
Los que están fuera de mi relación
me ignoran,
mientras que los que están en mi esencia
me conocen.
Los que están cerca de mí
me han ignorado,
mientras que los que están lejos de mí
son los que me han conocido.
Durante el día,
cuando estoy cerca de vosotros,
estáis lejos de mí;
y durante el día,
cuando estoy lejos de vosotros,
estoy cerca de vosotros.
Yo soy la que retiene y la que no retiene,
la unión y la desunión,
lo permanente y la desunión.
Yo estoy debajo y ellos se acercan a mí.
Yo soy el juicio y la exculpación.
Yo, yo estoy libre de pecado
y la raíz del pecado procede de mí.
Yo soy aparentemente el deseo
y el autodominio existe dentro de mí.
Yo soy el oído que todos perciben
y el habla que no puede ser comprendida.
Yo soy una muda que no
habla
y sobreabunda en palabras.
Escuchadme con tolerancia
y aprended de mí sin instrucción.
Yo soy la que grita y es expulsada
sobre la faz de la tierra.
Yo preparo el pan
y mi intelecto en el interior.
Yo soy el conocimiento de mi nombre.
Yo soy la que grita y escucha.
Yo soy aquella a la que llaman
Verdad e injusticia.
Me honráis
y murmuráis contra mí.
Los que sois vencidos,
juzgadlos (a los que os vencen)
antes de que os juzguen,
pues el juez y el favoritismo están en vosotros.
Si sois condenados por
ése,
¿quién os absolverá?
O si sois absueltos por él,
¿quién podrá deteneros?
Lo que está dentro de vosotros
es lo que está fuera de vosotros;
y lo que os plasma por fuera
es lo que os configuró por dentro;
y lo que veis fuera de vosotros
lo veis dentro de vosotros.
Se manifiesta y es vuestra prenda.
Escuchadme, oyentes,
y aprended de mis palabras
los que me conocéis.
Yo soy el oído percibido
por todas las cosas y el habla
que no puede ser comprendida.
Yo soy el nombre del sonido
y el sonido del nombre.
Yo soy la señal de la carta
y la manifestación de la división.
Entonces yo pronunciaré
el nombre del que me creó.
Mirad, pues, sus palabras
y todas las escrituras que fueron completadas.
Por tanto, prestad atención, oyentes,
así como vosotros también, ángeles,
y los que han sido enviados,
y los espíritus que se levantaron
de entre los muertos.
Pues yo soy la que únicamente existe
y no tengo quien me juzgue.
En efecto, son muchas las formas agradables
que existen en los múltiples pecados
y desenfrenos y pasiones vergonzosas
y placeres efímeros que los retienen
hasta que llegan a ser sobrios
y se apresuran hacia sus lugares de descanso.
Y me encontrarán en ese lugar,
vivirán y no morirán de nuevo.
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