LAS CONFESIONES A MAAT




Te reverencio, oh Gran Dios, Maestro de toda Verdad; 
he venido a ti, oh mi Dios, y he venido resuelto a conocer Tus decretos. 

Te conozco y estoy de acuerdo contigo y con tus dos y cuarenta leyes que existen contigo en esta Cámara de Maat. 

En Verdad estoy de acuerdo contigo y he llevado a Maat en mi mente y mi alma.


He destruido la maldad por Ti.
No he hecho mal a la humanidad.
No he oprimido a los miembros de mi familia.
No he inducido al mal en vez de a la justicia y a la Verdad.
No he tenido intimidad con hombres indignos.
No he exigido la primera consideración.
No he ordenado que se realice para mí un trabajo excesivo.
No he propuesto mi nombre para que sea exaltado a los honores.
No he defraudado en sus bienes a los oprimidos.
No he hecho que nadie sufra hambre.
No he hecho llorar a nadie.
No he hecho que se inflija dolor a hombre ni animal alguno.
No he defraudado al Templo en sus ofrendas.
No he disminuido la medida de los cereales.
No he hurtado tierra.
No me he introducido en los campos ajenos.
No he aumentado las pesas de las balanzas para engañar al vendedor 
ni he leído mal el fiel de las balanzas para engañar al comprador.
No he impedido que beban leche los niños.
No he detenido el agua cuando debía correr.
No he apagado el fuego cuando debía arder.
No he rechazado a Dios en Su Manifestación.


AFIRMACIÓN

¡Soy puro! ¡Soy puro! ¡Soy puro!
Mi pureza es la pureza de la Divinidad del
Templo Sagrado.
POR CONSIGUIENTE NO ME SOBREVENDRÁ EL MAL EN
ESTE MUNDO
PORQUE YO, INCLUSO YO, CONOZCO LAS LEYES DE
DIOS QUE SON DIOS.

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