Por entonces, Dios había creado a Eva como compañera de Adán y los puso a ambos en el Paraíso para que vagasen libremente por donde quisieran. Sin embargo, se les dijo que no se aproximaran a «este árbol», al que la tradición identifica con el trigo. Cuando Adán y Eva comen el trigo prohibido, surge el grito: Adán desobedeció. Es este el suceso clave, el «pecado» de Adán, por así decir.
Habiendo cometido un desliz, Adán y Eva se arrepienten, diciendo a Dios: ¡Señor!, nos hemos perjudicado a nosotros mismos. Si no nos perdonas y te apiadas de nosotros, seremos, ciertamente, de los que pierden. Dios les perdona y, el Qorán nos dice, Su Señor le eligió, le perdonó y le puso en la buena dirección (20,122). En otras palabras, Dios señala a Adán como profeta. De igual manera, el Qorán nos dice que Dios eligió a Adán junto con Noé y otros profetas. Finalmente, a Adán y a Eva se les dice: Descended de aquí. Esta es, propiamente, «la Caída» por la cual Adán y Eva bajaron a la tierra.
Fuente: El mito de la caída de Adán
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