La palmera imaginal en Ibn Arabí


De esta Palmera procede la Tierra de la Realidad, el dominio inteligible de la Imaginación activa, la dimensión espiritual en la cual tienen lugar las visiones teofánicas y el viaje visionario. En esta Tierra los inteligibles cobran forma sensible: "Toda forma corporal (yasad) que adoptan las entidades espirituales -ya sean ángeles o genios- y toda forma (sura) en que el ser humano se ve a sí mismo en el sueño son de esta Tierra" .

Traduciré sólo el comienzo de la prosa: "Sabe que, cuando Dios creó a Adán, que fue el primer ser [lit. 'cuerpo' humano formado] -y que hizo Dios origen de la existencia de todos los seres [lit. 'cuerpos'] humanos-, sobró un resto de la levadura de su arcilla. Con este resto Dios creó la palmera ("najla"), de modo que la palmera es la hermana de Adán y, por tanto, nuestra tía paterna. La revelación profética la denomina "tía" y la asimila al "creyente (mu'min) .Esta planta encierra secretos que ninguna alberga. Después de la creación de la palmera, quedó oculto un resto de la arcilla con que había sido formada, la medida equivalente a un grano de sésamo, y en ese resto expandió Dios una Inmensa Tierra: Si en ella se colocaran el Trono divino y cuanto contiene, el Escabel, los cielos y las tierras, cuanto hay bajo la tierra, todos los paraísos y el Fuego, todo ello juntamente sería con relación a la inmensidad de esta Tierra tan diminuto como un anillo perdido en un desierto de la nuestra".

Baste esta cita para vislumbrar el alcance del símbolo de la Palmera, origen de la Tierra de la Realidad, el Mundo Imaginal en donde, según Ibn 'Arabi, tiene lugar la verdadera adoración de Dios. La palmera está asociada, según hemos visto, a Adán, a Jesús, al Mundo de la Imaginación, y también a La Meca y, en general, a la arabidad.

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